ALGUNOS MALES  DEL CAPITALISMO

     Aunque es importante conocer y comprender el pasado no podemos pensar en el futuro, o por lo menos un futuro mejor si no reflexionamos de forma desapasionada, imparcial y científica, de todos aquellos elementos que cada vez nos arrastran más como un rebaño embrutecido.

LA RELIGIÓN:
    
     La religión, principalmente y no voy a decir que me perdone nadie; aquí en Guatemala decimos: “Al que le caiga el guante, que se lo plante”. porque me parece un elemento que como los otros, nunca ha demostrado un verdadero valor en las diferentes culturas, eso está muy lejos de la concepción de ateo, simplemente es una concepción heterodoxa.  Me refiero a la religión como institución con sus  normas y cánones, no me refiero a la creencia en un ser superior.  ¿Cuántas iglesias de las diferentes religiones vamos  a encontrar  camino  a  nuestras casas? Seguramente medio centenar, todas coinciden
en lo mismo, y a cualquiera que le preguntas te dice que es cristiano y rápidamente te intenta convencer para que aceptes su causa.  Lamentablemente, ésta invasión de religiones no la vemos reflejada en la sociedad, pues aunque todas difieren, orientan a lo bueno, pero la sociedad cada vez se hunde más en la violencia, la agresividad es la conducta patrón.  Esto sin mencionar al elemento humano comprometido en la dirección o seguimiento de dichas religiones, que a diario se ven implicados en los más deleznables actos.

      Esto es un tema largo y complejo, por lo que concretamente   diré que ésta epidemia de religiones no se ve reflejada en la sociedad, que básicamente debería ser la transformación del individuo a un ser más tolerante hacía el prójimo, una persona más agradecida con Dios y con lo que nos da y a ser más consciente con la realidad que a cada persona nos toca vivir.  Para que exista un verdadero cambio en la sociedad a partir de la función de la religión, se debería ser más realista, alejarse de dogmatismo y aislar la mitificación. “Conciencia moral más que observancias escritas son de Dios sus deseos”.   

      Contrario a ello enmarcan la vida del hombre en que todo lo que se salga de los cánones que ellos en nombre de Dios han impuesto los llevará al infierno y sólo aquellos que viven una vida puritana, basada especialmente en asistir a la iglesia a escuchar a un tipo que la mayoría de las veces fue o es más pecador de quienes le oyen y lo principal, pagar el diezmo, los llevará a la vida eterna en el paraíso.     Lo más importante para ellos es asistir a la iglesia y pagar el diezmo.  Digo que son discriminatorios y atetan contra el pluralismo cultural, punto medular en la coyuntura y convivencia de los pueblos, olvidando la libre determinación de los mismos y su  opinión, porque no aceptan que cada cultura tenga una cosmovisión de todo lo que les rodea y que debe ser respetada y compartida, porque al final todo lleva al amor al creador, a la vida y al prójimo.  Por eso, mientras más religiones existan y no se oriente a las personas con fundamentos concretos, funcionales y verdaderos, sin pretender materializar lo espiritual, no habrá un cambio de actitud en la sociedad.
   
     A Dios no se llega con la estupidez de la fe, sino con la inteligencia...  Según escribió Erasmo, pensador de tiempos pasados y debería seguir vigente. 

LA POLÍTICA:    
    
     La política, que realizan, aquellos que sólo les   interesa un acomodo material y no les importa ideología alguna.  Y en cierta forma es lógico, todos queremos estar materialmente mejor.

      Siempre hablando de por qué la política es un tema que sólo trae decepciones y viene a mi memoria,  el  concepto ideológico que empujó al movimiento “Revolucionario Guatemalteco”  que fracasó cuando dentro del mismo movimiento se vieron  las injusticias que impulsaron a la lucha.    Y por eso ahora vemos a los grandes comandantes que dirigieron desde México,  jineteando con las  mismas bestias  apocalípticas  que siempre nos han subyugado   y  hartándose en la misma mesa de los verdugos de los verdaderos mártires de aquel movimiento”.   

     La política como doctrina es real, es decir, no es a ella a la que renunciamos, sino es a la forma de cómo históricamente se lleva a cabo sólo para satisfacer intereses sectarios y de allí por qué el mundo ésta como ésta.  Y es que,  hasta no existir  un divorcio   entre  política y poder  económico, lo cual podría decirse que es utópico, no habrá un verdadero cambio para las naciones que buscan la democracia; pues siempre se tendrán que pagar las facturas políticas que los candidatos tienen con los patrocinadores de sus millonarias campañas y es esto lo que permite, que el progreso sólo sea para la cúpula de poder y en alguna parte su cola.

CAPITALISMO SALVAJE Y LOS REBAÑOS EMBRUTECIDOS:

     Lamentablemente el mundo esta lleno de masas in pensantes  de rebaños embrutecidos que hacen las cosas o siguen al líder sin pensar que van al desfiladero.  El Fútbol, pues a pesar de ser un deporte, una distracción, se ha convertido un tentáculo más del capitalismo.  Lo que antes pudo ser un espontáneo y verdadero espectáculo de habilidad y forma de ejercitar el cuerpo, una fiesta; es hoy uno de los medios por los cuales los sectores mafiosos del capitalismo juegan con la emoción, credibilidad y fanatismo del público, arreglando de antemano torneos mundiales donde las ganancias son millonarias y   las millonarias transacciones de jugadores, hay fondos provenientes del tráfico de drogas, lo cual sería una forma de lavar dinero.  Según mi hipótesis, es un coktel de diferentes sectores de la mafia, los que delinquen con las apuestas ilegales, el lavado de dinero y los que arreglan todo bajo la mesa.
        Hay casos que sería difícil de probar pero con un mínimo de sentido común orientan a pensar eso, aunque parezca increíble.   Hasta para un niño sería una paradoja que en un país con una pobreza tan espantosa existan personas que por hacer teatro jugando un deporte tan viciado y corrupto como el fútbol, tengan salarios hasta de 60,000 quetzales o más en un mes.

     Y esto sólo es un párvulo análisis de un fenómeno sociológico, de cómo el capital se concentra únicamente en un sector, produciendo la marcada desigualdad que lleva al mundo capitalista a sus actuales dolores.  Claro que lo ideal no es que un estado le diga a una empresa o sociedad lo que debe de hacer; o a través de la expropiación pretenda distribuir la riqueza de una nación tal como lo hicieron los equivocados estados  seudo comunistas,  ya  extinguidos.  Tampoco es para defender  la idea que lo bueno de una democracia es hacer lo que la  gana se nos de.   La democracia es un concepto muy amplio, que tiene como base el justo derecho y participación de todos, en la medida que todos participen del ejercicio de ese justo derecho, en esa medida se podrá medir la democracia, ya que es un concepto muy relativo.
Y no esta demás decir que una democracia sin sociedad no es democracia y por tal razón el libre capital de una nación debe ser socializado, es decir no se puede sectorizar la riqueza, si se quiere mejorar el crecimiento económico, porque nación somos todos

     La idea no es arrebatar, obligar o cometer el crimen de la indiferencia.  Se trata de que en el justo derecho de esa participación busquemos la forma de cómo se debería distribuirse mejor la riqueza, una forma de invertir el capital donde se involucre a todos, donde los que tienen podrán llegar a tener más, pero los que no tienen, al menos tengan la oportunidad y el espacio necesario para llegar a tener lo mínimo necesario para vivir como seres humanos.   Tal vez la idea, también sería, diferenciar entre regalar y compartir o dar un espacio, una oportunidad.

     El sistema capitalista actual tiene como base el egoísmo, la intolerancia, la obsesión de poder para  ser  el  pez  grande  que  pueda   comerse al chico, tal como lo determina la  falta de espacios para la participación de todos los grupos inmersos en una sociedad que es dividida y enfrentada donde se marca una abismal desigualdad, que recuerda las fases de mayor atraso de la humanidad y que marcaron en la historia todos los grandes movimientos revolucionarios, como la lucha de los ingleses contra la monarquía, la lucha de independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa.  Hoy los capitalistas lucen felices de haber vencido al socialismo, de haber acabado con el “gran enemigo”, pero ignoran que el “gran enemigo” es su propio sistema.  Como lo dicho anteriormente, en éste momento el mundo capitalista ha retrocedido a la humanidad a las obscuras épocas antes mencionadas. Con la diferencia de que la monarquía hoy se llama imperialismo, que el feudalismo hoy se llama imperialismo, que el imperialismo sintiéndose desgastado ha intentado usar diferentes mascaras como neoliberalismo y hoy globalización.  Ya lo decía un científico en un reciente artículo de prensa: “La asombrosa tecnología de hoy está en manos de cerebros prehistóricos”.

     Por más que la “bestia” pretenda engañar, excusándose hoy de la amenaza terrorista, como lo hizo antes con la amenaza comunista.  La existencia, indudable, del terrorismo sólo es el producto de su propia cosecha.  Su descaro se ha salido de los límites al empeñarse en atacar a un régimen se le oponga en el justo derecho de defender su libertad. 

     Es tan torpe el gigante, que todo quiere arreglarlo por la fuerza bruta y mayor es su brutalidad al pretender engañar a la opinión internacional sobre sus verdaderos propósitos.  Ya lo dijo Rosa de Luxemburgo, “Las guerras sólo existen para la creación de nuevos mercados.”

     Así el jactante modelo capitalista de hoy, vive el temor y la angustia del producto  de sus crímenes, la desigualdad que han creado en muchos países del mundo, marca hoy una sangrienta guerra interna, como una forma en que el pueblo lucha contra sus verdugos y se pierden los escrúpulos o la razón y donde sufren y mueren miles de inocentes; como lo es en la actualidad, sólo para mencionar algunos ejemplos muy sonados en América Latina, Colombia y algunos países andinos.  Esta desigualdad e injusticia social, marca el punto de origen de todas las revoluciones que se viven en la mayoría de los países, tal como lo fue en Guatemala. 

     La injusticia social, traje de gala del capitalismo ha formado una especie de contra modelo o contra   ataque    que   pretende  contrarrestar  el atropello mercantilista del capital monopolista yankee, en su cruel afán de querer vender lo que la gana se les da con el precio que se les antoje y condicionar a quienes les venden y a quienes no.  Pero cuando se trata de comprar el producto que representa la subsistencia de muchos países, lo hacen bajo condiciones que sólo a ellos conviene, violando así toda norma de igualdad de derechos.  Es entonces cuando surgen alternativas de solución, que aun sin el amparo de las autoridades y contraviniendo las leyes, se organizan y forman los grandes carteles de la droga y mediante la producción de narcóticos, en especial la hoja de coca, se encargan de  la exportación a las grandes naciones capitalistas, saltándose los canales legales, pero llegando su producto al consumidor, burlando sofisticados mecanismos de control y llevando a cabo una cruel matanza entre los sectores de la mafia que compiten por este millonario, ilícito y no menos criminal negocio.  Y creo que la cuantiosa cantidad de droga incautada en los países productores, los que sirven de puente y para los que va destinada, solamente podría ser la punta del “iceberg”.

     Entonces es posible, que si no existiera una política mercantilista tan injusta por parte del imperialismo, los productores y  distribuidores de droga buscarían otras alternativas dentro del marco legal, pues no ha de ser la gracia estar siempre en la clandestinidad y la persecución.  La idea concreta es que la producción y distribución de droga, es originada por el mismo imperialismo a través de una política de comercio encaminada a su favor y por lo tanto muy lejos de la equidad que debería de ser, tal como en la actualidad lo vemos con el Tratado de Libre Comercio (TLC).

     No sería aventurado pensar que exceso de capital, que no necesariamente sería producto de una sobre producción, sino de una cruel explotación de la fuerza de producción o de la compra de la fuerza de trabajo a un precio de hambre; marcaría el surgimiento de dos polos abismalmente opuestos, la miseria y la riqueza, llegando ambas a límites extremos.  Analizando la riqueza a nivel de sus límites extremos, vemos el surgimiento de un interesante fenómeno social, en el cual la sociedad pierde sus principales valores, transgrede los límites o toma una actitud arrogante y desafiante ante los cánones o pautas impuestas.  Es como si el poder económico envenenara o enajenara y es precisamente en éste grupo donde comienzan a seguirse  conductas  tendientes  a  llenar  los  vacíos,  que la riqueza material nunca podría hacerlo y estos terminan haciéndolo con el uso de drogas y otros degeneres, convirtiéndose en el principal mercado para el narcotráfico.  Es como si el tenerlo todo y en exceso fuera atentatorio para la salud mental.

     Es por eso que Estados Unidos y su teatral lucha contra el narcotráfico, como lo fue en un tiempo desertificación para Guatemala; solamente es un cuento estúpido en el que como las películas de “vaqueros” o de “guerra”, quieren seguir siendo los héroes.
     La mejor lucha contra el narcotráfico se debería hacer combatiendo el consumo, si no hay consumo no hay mercado, la “demanda y la oferta”.  Lo curioso es que todos oímos hablar de la lucha contra el narcotráfico, que definitivamente sí se tiene que combatir; pero casi nunca oímos de lo que  debería  ser  lo principal, la lucha contra el consumo de drogas, pues como se
ve, sólo la legislación por si sola a sido un recurso o método tan frágil como el papel higiénico.

     El porqué no vemos una lucha franca y decidida en contra del consumo de drogas en las sociedades afectadas, tal como lo es   Estados Unidos es algo que llama la atención, o será porque   los sectores de más alto consumo son  los de más alto poder económico  como lo es en casi todas las sociedades capitalistas, y pudiéramos decir que los que tienen más inmunidad ante las leyes.  Pero otras interrogantes no menos interesantes son, qué porcentaje de la droga producida llega al consumidor y si ese tráfico se hace directamente burlando los mecanismos de control desde el lugar de producción a su destino final, o existe alguna complicidad de   parte de    las   autoridades   de   los   gobiernos implicados.  Pues si el consumo de drogas en las grandes ciudades capitalistas del mundo es muy alto, es lógico suponer que la cantidad que llega es grandiosa, pese a la gran cantidad que a diario es incautada.  Entonces, así como parece inverosímil la teoría que la tragedia del 11 de septiembre fue un auto ataque, puede ser atrevido pensar que ésta complicidad es un hecho, especialmente del gobierno de Estados Unidos.
     
     Cómo es posible que la droga que se consume, entre a los Estados Unidos o Europa y pueda burlar controles tan rigurosos.  Acaso no han existido y pueden existir aparatos de corrupción en los gobiernos  que faciliten el ingreso de la droga y como históricamente se registra en diferentes naciones, la corrupción es el “pan nuestro” del sistema capitalista, ya que éste siempre ha estado ligado a la misma. Paradójico era ver en un país tercermundista, económicamente atrasado, donde la riqueza la posee una minúscula parte de la población, como lo es Guatemala, el surgimiento de un gran número de bancos y financieras.   El suponer una idea tan descabellada como la complicidad de los mismos gobiernos capitalistas en el narcotráfico o el lavado del capital proveniente de la  droga,  mediante su inversión en instituciones bancarias y financieras, se da por los hechos que hoy tenemos a la vista, como es el caso de la quiebra de un número anormal de bancos y financieras.  

     Si estuviera hablando de algo que pudiera suceder, habría razón en dudar, pero se esta hablando de hechos, de algo que ya pasó y sigue pasando.    Hoy pretenden culpar a los demás del terrorismo, dicen luchar contra las dictaduras, cuando ellos mantuvieron y fortalecieron a las dictaduras más crueles en toda América.   El terrorismo es repudiable, pero es el único camino que tienen aquellos a quien el imperialismo yankee a hecho tanto daño y de ninguna manera se justifica, pero el daño que se hace a los demás, tarde o temprano será cobrado.  El gigante, será muy gigante pero tiene el cerebro muy chiquito; porque no sabe que mientras siga su política expansionista el odio del mundo   será mayor y la respuesta en forma de venganza no tendrá comparación.

     Considero que  no es un gobernante el culpable, es todo un sistema imperialista que desde el pasado vive obsesionado por dominar al mundo, condicionando el apoyo a las demás naciones para que le satisfagan en su patológico deseo expansionista.   Es a lo que se le llama “Capital Monopolista”, la oligarquía que a través del imperialismo  utiliza a las diferentes administraciones de gobiernos, es decir todos los presidentes tendrán que anteponer los intereses económicos de los poderosos que están detrás del trono. Por eso hay mucha similitud en la invasión y en el derrocamiento de la experimentación social de Guatemala en 1954, con Vietnam, Panamá, Corea, Afganistán y hoy Irak.

     siempre he tenido la idea que la lucha ideal contra el terrorismo debería ser la búsqueda de la reconciliación, de aceptar y abrir espacios, de ceder, lo que debería cederse, pero no la conducta que hasta ahora se mantiene.

     Sin sentirlo aquellos ex compañeros de tantas batallas habían pasado mucho tiempo conversando, aprovechando la oportunidad que habían tenido para juntarse.

     _ Mejor que nos de risa  - dijo Robinson - de lo menos que quería platicar Roberto, fue de lo único que platicamos.

       Sería inevitable dejar de hablar de los problemas que a todos nos atañen,  son  asuntos de nuestro interés, que aunque no lo queramos son parte de nuestra vida, algo que a diario vemos y no podemos hacer más que la justa crítica mediante una reflexión que nos permita actuar y encausar a las nuevas generaciones en un contexto más real y que la verdad histórica sea el punto de partida en su formación pensante.
    
     Porque debemos hacer que las generaciones pasadas recuerden y las nuevas generaciones conozcan como fuimos perseguidos, solamente por pensar y luchar por una vida más justa y qué importa si fuimos comunistas o no; esto es una ideología que en ningún momento se justificaría matar a una persona por pensar así.  Fuimos, perseguidos, torturados y asesinados por el ejercito y demás aparatos represivos del estado con el apadrinamiento y apoyo económico y logístico de los Estados Unidos  Pero hoy cuando los males son otros, como es el caso de la ya mencionada guerra de narcotraficantes y la saña y el sadismo de los mareros, los grupos de terror y represión de nuestra época parecen alumnos de párvulos si los comparamos.  Estos grupos de jóvenes antisociales herederos de la maldita miseria que les privó de todo lo necesario para ser hombres de bien, son hoy la peor amenaza jamás vista, porque no representa una propuesta ideológica como nosotros lo hicimos o la insurrección a un modelo político económico - social; que aunque fue a través de una lucha armada  que dejó víctimas, fue dirigida a un bando contrario especifico y no como ahora donde se mata a cualquiera y sin ninguna razón. Sin embargo, el valiente ejercito que luchó contra la protesta por una sociedad más justa que cobardemente la disfrazaron de invasión comunista;  Hoy permanecen como simples observadores atrincherados en sus cuarteles y luchando por evadir  las   más graves acusaciones de corrupción y desfalco a la nación que dicen defender. 

     En la medida en que las próximas generaciones  desconozcan éste pasado sombrío, difícilmente descubrirán cómo hacer para que la luz del progreso aparezca.