Guatemala verde.

La de las montañas,

verdes, vedes, verdes,

la de las montañas verdes, verdes.

La verde Guatemala de “Asturias.”


Porque, no sólo es verde mi Guatemala,

es azul, como su eterno cielo azul,

como su Atitlán Azul.

Mi Guatemala, tus colores que te viste de gala.


Bella obra de Dios,

Como un arco iris, podas imaginar.

Tiene tantos colores, que no se pueden contar.

Hasta sus noches renuncian a sus espejismos sombríos.


Se ahoga la noche y Dios otro día va a pintar,

el atardecer y las aves en su cantada,

hacen tu mente perderse en la más profunda mirada,

con románticos celajes, tapando al sol en su terminar.


Blancas, nubes blancas,

como ángeles; te miran de arriba,

que hasta el cielo suspira;

envidia del mar y sus blancas olas


Plateadas, lunas plateadas,

las lunas de Xelajú,

que “Paco Pérez” escribió con ímpetú.

Deleite de mi patria, con sus sonoras cantadas.


Mi Guatemala verde,

paraíso multicolor,

que llora de dolor,

por el fuego que en su selva arde.


Guerreros del terror,

luto en la tierra,

arde la verde sierra,

por las llamas y su calor.


Tu historia

con sangre de mártires se escribió

y de negro a tus mujeres vistió.

¡Se tiñó el colorido de tu gloria!


Paraíso que se pinto de maldad,

la maldad de los hombres,

que sin saber de la guerra la verdad; los inocentes,

se matan entre hermanos, sin piedad.


Mi paraíso monstruos parió,

por su cobardía y maldad,

valientes son, ensañados con la comunidad.
Víboras repudiables, ¡sentimiento patrio!


“Ombres” verdes,

su excusa la guerra, su alma ninguna,

la saña toda su fortuna.

Con el pueblo, los más crueles.


Vienen desde el pasado

ensangrentando tu primavera;

mañana que niño sin su padre viera.

Tu pueblo noble, eternamente castigado.


Legítimos dueños de la verde tierra,

ante Dios y la naturaleza,

pueblo maya, por su raza.

Víctimas de esta injusta guerra.


Ayer por el cruel conquistador,

hoy por la “Peste Imperialista”,

o el falso ideal comunista,

siembran la muerte como cataclismo arrasador.


Perseguidos y discriminados,

por el vil juego de una guerra injusta y sin razón,

tus hijos mayas, de virgen verde corazón,

entre hermanos son enfrentados.


Arrancados son,

de su madre tierra natal,

para enfrentarlos entre sí, con tal

de seguir esta inútil lucha, sin perdón.


Así vivieron miles,

con esperanzas engañadas en ideas socialistas,

otros, defendiendo los intereses de poderosos imperialistas.

Luchando por sus justos ideales, así murieron miles...


Sin saber, que socialistas y capitalistas,

sólo jugaban al “más poderoso”,

su deseo fervoroso,

por una vida más justa, acabó en terrones sepulcristas.


Deleznables sus entrañas.

Rieron sus fusiles,

al ver morir a los civiles.

¡Lloran tus montañas!


Mi “Guatemala Primaveral”,

tu “Eterno Cielo Azul”, se cubrió de humo,

por la pólvora quemando, hasta el monte sumo.

Pesadilla infernal.


Vorágine de terror

en tu alegre y colorida fauna.

Perturbasen las aves en su cuna,

llora la selva con su lluvia, denunciando su dolor.


Y tus lindas y verdes montañas,
parecieron de doloroso rojo vestir;

las aguas de tus cristalinos ríos, quisieron huir.

Asustados arroyos del hombre y sus entrañas.


Y pensar...
¿Por capricho de quién?
De los mismos que en otros lares, lo hicieron
también.
Ubicuos aires del norte, como peste, tu tierra arrasar.


Ese es el sufrir de los hijos de la tierra,

los hombres de alma verde;

de la Guatemala verde.

Cierra sus ojos, ¡está llorando! La Guatemala sus ojos cierra.


Que defienden tu soberanía

esos de verde vestir...

Viendo a su pueblo el yugo sufrir,

largos años de cruel tiranía.


Esos que venden la patria sin el mínimo sentir;

comprendo tu ironía,

patria mía,

vergüenza, repudio o lástima has de sentir.


¡Ah! Mis lamentos,
lamentos de árboles, montañas y sierras,
llanto de cielo, rebalsa ríos inundando riberas.
Lágrimas mías, en estos momentos...


Sí, lágrimas moribundas,

lágrimas que se ahogan en charcos de sangre,

sangre de mártires, la lucha del hombre.

Revolución que enarbolas eses almas.


¡Revolución! Paradigma de libertad,

presagio de paz,

ansias sobre tu faz,

Revolución, revolución... ¡Emulo de igualdad!


Qué penar, en que tus gentes siempre están,

qué penar el de tus hijos revolucionarios,

por ser, de libertad y justicia social, visionarios.

los persiguen, secuestran, torturan y matan.


A la par de la pluma y el papel, el ideal continuaran,

intelectuales, campesinos y obreros;

en la manifestación de la calle, dirán “ganaremos”,

en el aula o en la montaña, siempre luchando estarán.


Valientes visionarios,

su vida ofrendaron,

destierro y persecución encontraron.

¡Inmortales revolucionarios...!


Sangre roja y alma verde.

Su ideal no terminó con su muerte.

Germino en nuestra mente.

¡Guatemala verde!