Los problemas en nuestro país difieren de los de antes, pero aún cuando han cambiado de forma no han cambiado de esencia. Antes viviamos en un regimen de estado de tipo totalitario, siendo el estado el verdugo del pueblo, ahora el estado es complice del verdugo (narcotráfico, pandillas, vulgares criminales y estafadores). Uno de los principales vejámenes de los regímenes militares y totalitarios que ha sufrido nuestro país ha sido la represión a la libre expreción del pensamiento, tragedia que principalmente la sufrieron periodistas, escritores varios y periodistas por ello se cuentan por cientos los asesinados y exiliados.
Pero hoy que seguimos teniendo un estado fallido, sin voluntad política ni capacidad para mejorar los problemas país; hay instituciones de derechos humanos y una evidente libertad de pensamiento y expresión, así como una totable reducción de crímenes de periodistas que indican una amplia tolerancia a la crítica y sentencia; de nada sirve pues los medios de comunicación obedecen ahora, solamente a intereses económicos, arreglos políticos y estrategicos.
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(Extracto)
Me gustaría mucho que no se considerara
este relato como algo autobiográfico; quedaría harto satisfecho, que
simplemente nos haga reflexionar.
Tal vez no estoy viejo, pero lo que sí es
cierto es que ya no soy una persona joven.
Ya tengo mucho tiempo que a veces me siento con algunas molestias de
salud y afortunadamente los médicos que he visitado han coincidido que controle
el stress y haga ejercicio, es decir no
me han diagnosticado algo que se considere malo.
De tomarme unas cervezas ocasionalmente no
paso y por lo demás mi vida es muy sana.
Ahora casi ya no lo hago y he acatado el consejo de hacer ejercicio;
pero lo del stress es difícil controlarlo especialmente cuando nos tomamos los
sufrimientos de los demás y trabajamos en un medio donde continuamente estamos
frente a la muerte y el dolor humano.
De los muchos exámenes que me mandaron los
médicos, fue la prueba de esfuerzo y lo primero que me preguntó la doctora era
que si había hecho mucho ejercicio en mi vida porque se sorprendía del
excelente resultado que no era usual para mi edad.
Me dedique a estudiar una carrera que me
hizo renunciar a todo desde los veinte años y ha contribuido a que mi vida sea
sedentaria con los consiguientes problemas de sobrepeso que esto implica. Creo que si hubiera sido más fuerte y
mantenido la voluntad y disciplina que siempre me caracterizó, sería el joven
deportista que siempre fui.
Casi desde los 12 años visitaba con
frecuencia el gimnasio de físico culturismo de mi tío Quique, quien me inició
también en el atletismo. Después de esto
y sin dejar los deportes señalados comencé a ser un apasionado del futbol y a
los 15 años ya jugaba en la categoría libre de la liga de futbol del Filosofado
Salesiano Don Bosco. Corría grandes
distancias y de forma disciplinada entrenaba varias veces a la semana. Me caracterice por ser un corredor
incansable, en el futbol corría por toda la cancha dándole apoyo a mis
compañeros.
Confieso que soñaba con el futbol; en los
primeros años jugando en la categoría infantil del mismo Centro Salesiano, los
partidos eran los sábados por la mañana, entonces desde el viernes que llegaba
de la escuela me ponía mi uniforme y dormía con él.
Toda la semana me pasaba deseando que
llegara pronto el fin de semana.
Como dije anteriormente, me han
recomendado que haga ejercicio, pero retomar hábitos que se han dejado hace más
de 30 años no es fácil; pero yo lo logre y tengo varias semanas de salir a
correr. Casualmente regrese a
vivir al mismo barrio donde viví la bella época que les he contado. La primera vez que salí a correr me emociono
el aroma a los árboles de eucalipto que abundan en el área, así como el olor a
grama lo cual me transporto a esos hermosos años.
Generalmente no estoy corriendo mucho
porque estoy comenzando, son más o menos 3 kilómetros y la ruta que tomo es por
la carretera. La mañana del sábado
pasado me hice un tiempo para salir a correr, pero dispuse ir a darle vueltas a
las canchas del Filosofado Salesiano Don Bosco, nunca me imaginé que al entrar
en las instalaciones parecía volar en vez de correr, me puse a llorar al ver a
los niños salir de misa, alocados por estar en la cancha… porque así era en mi
tiempo no podíamos jugar si no entrabamos a misa, al menos yo me sé todo lo que
los padres dicen en una misa de memoria.
La emoción y la nostalgia daban vueltas en
mi cabeza, era imposible que pararan las lágrimas al oír toda aquella
algarabía, de niños felices como yo lo fui.
Y es que era el futbol pronto jugaríamos futbol… y creen ustedes que
para nosotros había algo que nos hiciera más felices…?
Sin dejar de correr y disimulando mis
lágrimas observaba a muchos niños como fuimos nosotros, flacos, ágiles, siempre
con zapatos más grandes que nuestro número, porque el dueño anterior era más
grande o porque los papas los compraban así para que nos durara más
tiempo. Una pantaloneta arrugada donde
nuestras piernas colgaban con dos finas pitas y al comenzar el partido y el
equipo al que le metieran el primer gol, se tenía que quitar la playera para
que el juego transcurriera sin provocar confusión. No sabíamos de las marcas famosas, éramos muy
pobres tal como esos niños que se encontraban ese día allí. Es más muchos niños jugaban descalzos, era
muy común. Pero algunos tenían zapatos con tarugos de clavo, no existían los
plásticos como ahora; y ya se pueden imaginar un puntapié…
En la liga infantil era común ver niños
bien chiquitos por chaparros y muy grandotes porque falseaban la edad o porque
simplemente eran normales y no chaparritos como nosotros. Pero no me lo van a creer ustedes pero los
chaparritos éramos mejores… y no es por defender al gremio. Las canchas eran de tierra en verano y de
harto lodo y pozas en invierno. Jugar
cuando estaba lloviendo era una de las experiencias más lindas que me ha tocado
vivir, y especialmente cuando de intención empujábamos al jugador contrario
para que aterrizara en la poza. Las que
han de haber sufrido todo esto fueron nuestras madres porque en ese tiempo no
existían las lavadoras, al menos para nosotros.
En los encuentros no faltaban las peleas,
donde nuestras caras tronaban de los puñetazos o la nariz y la boca escurría
sangre, pero lo lindo era que al bajar la euforia se nos secaba el sudor y la
ira, entonces buscábamos al ofendido y al ratos estábamos abrazados como si
nada hubiera pasado. Era curioso que los
dos protagonistas resultaran siendo grandes amigos. Al terminar el partido, ni soñar un refresco
o una golosina, simplemente nos quedaba hacer cola para tomar agua del chorro
donde todos ponían la boca. No existían
ascos, ni enfermedades… SIMPLEMENTE ÉRAMOS FELICES.
En el Filosofado Salesiano Don Bosco,
tuvimos de guías a sacerdotes y dentro de estos había de todo, como el Padre
Cruz que guardaba la mitad de su comida para dársela a los niños muy pobres que
llegaban sin desayuno y ni esperanzas de almorzar al volver a su casa. El Padre
Castro que sus palabras eran como caricias y su risa como el abrigo que tanto
se necesita cuando uno es niño. Pero
había un padre que gracias a Dios no recuerdo como se llamaba… Cuando nos metíamos a la cancha sin permiso
nos sacaba con una escopeta o con dos perros negros que nos hubieran hartado de
un bocado.
No me gustan los textos largos, pero
quisiera decirles que nosotros cobramos muy caro el ser pobres… La vida nos
pagó con una gran felicidad… FUIMOS FELICES.
Gracias a Dios, sólo estaba le Macdonals de la décima calle y SEXTA
AVENIDA ZONA 1. No teníamos para envenenarnos con ese tipo de comida, tampoco
nos podíamos comer una fritura y menos una agua gaseosa. Casi siempre nos subíamos a los árboles a
bajar naranjas u otra fruta.
Afortunadamente no pasaban futbol en la televisión que pocos tenían, el
futbol lo jugábamos y tampoco éramos los jóvenes obesos que lucen sus playeras
de equipos españoles, que gustan de ver los encuentros de estos en restaurantes
comiendo pitza y que se dicen aficionados y saben tanto de futbol, pero no lo
saben jugar porque nunca lo han jugado Nosotros no sabíamos de futbol, nosotros
jugábamos futbol.
Todo esto no es el deseo de volver a ser
joven y expresar que ahora no soy feliz y que no lo son los niños de este
tiempo, simplemente es para que nos preocupe saber más que tener más que
regresemos al deporte y la vida sana. Que siga el amor que permitía que después
de darse a las manadas pedir una disculpa abrazarse y ser amigos… Que nuestros
niños sean felices a través del desahogo espiritual y lúdico de lo cual son
expertos y no los condenemos a un sofá, una pantalla y una comida envenenada
con grasa, azúcar y sal.
Juan Luis Gálvez Santizo
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ALGUNOS MALES DEL CAPITALISMO
Aunque es
importante conocer y comprender el pasado no podemos pensar en el futuro, o por
lo menos un futuro mejor si no reflexionamos de forma desapasionada, imparcial
y científica, de todos aquellos elementos que cada vez nos arrastran más como
un rebaño embrutecido.
LA RELIGIÓN:
La religión, principalmente
y no voy a decir que me perdone nadie; aquí en Guatemala decimos: “Al que le
caiga el guante, que se lo plante”. porque me parece un elemento que como los
otros, nunca ha demostrado un verdadero valor en las diferentes culturas, eso
está muy lejos de la concepción de ateo, simplemente es una concepción
heterodoxa. Me refiero a la religión
como institución con sus normas y
cánones, no me refiero a la creencia en un ser superior. ¿Cuántas iglesias de las diferentes
religiones vamos a encontrar camino
a nuestras casas? Seguramente
medio centenar, todas coinciden
en lo mismo, y a cualquiera que le preguntas te dice que es
cristiano y rápidamente te intenta convencer para que aceptes su causa. Lamentablemente, ésta invasión de religiones
no la vemos reflejada en la sociedad, pues aunque todas difieren, orientan a lo
bueno, pero la sociedad cada vez se hunde más en la violencia, la agresividad
es la conducta patrón. Esto sin
mencionar al elemento humano comprometido en la dirección o seguimiento de
dichas religiones, que a diario se ven implicados en los más deleznables actos.
Esto es un tema largo y complejo, por lo
que concretamente diré que ésta epidemia de religiones no se ve
reflejada en la sociedad, que básicamente debería ser la transformación del
individuo a un ser más tolerante hacía el prójimo, una persona más agradecida
con Dios y con lo que nos da y a ser más consciente con la realidad que a cada
persona nos toca vivir. Para que exista
un verdadero cambio en la sociedad a partir de la función de la religión, se
debería ser más realista, alejarse de dogmatismo y aislar la mitificación. “Conciencia moral más que observancias
escritas son de Dios sus deseos”.
Contrario a ello
enmarcan la vida del hombre en que todo lo que se salga de los cánones que
ellos en nombre de Dios han impuesto los llevará al infierno y sólo aquellos
que viven una vida puritana, basada especialmente en asistir a la iglesia a
escuchar a un tipo que la mayoría de las veces fue o es más pecador de quienes
le oyen y lo principal, pagar el diezmo, los llevará a la vida eterna en el
paraíso. Lo más importante para ellos
es asistir a la iglesia y pagar el diezmo.
Digo que son discriminatorios y atetan contra el pluralismo cultural,
punto medular en la coyuntura y convivencia de los pueblos, olvidando la libre
determinación de los mismos y su
opinión, porque no aceptan que cada cultura tenga una cosmovisión de
todo lo que les rodea y que debe ser respetada y compartida, porque al final
todo lleva al amor al creador, a la vida y al prójimo. Por eso, mientras más religiones existan y no
se oriente a las personas con fundamentos concretos, funcionales y verdaderos,
sin pretender materializar lo espiritual, no habrá un cambio de actitud en la
sociedad.
A Dios no se
llega con la estupidez de la fe, sino con la inteligencia... Según escribió Erasmo, pensador de tiempos
pasados y debería seguir vigente.
LA POLÍTICA:
La política, que
realizan, aquellos que sólo les interesa un acomodo material y no les importa ideología
alguna. Y en cierta forma es lógico,
todos queremos estar materialmente mejor.
Siempre hablando
de por qué la política es un tema que sólo trae decepciones y viene a mi
memoria, el concepto ideológico que empujó al movimiento “Revolucionario
Guatemalteco” que fracasó cuando dentro
del mismo movimiento se vieron las
injusticias que impulsaron a la lucha. Y por eso ahora vemos a los grandes
comandantes que dirigieron desde México, jineteando con las mismas
bestias apocalípticas que siempre nos han subyugado y hartándose en la misma mesa de los verdugos de los verdaderos mártires de aquel
movimiento”.
La política como
doctrina es real, es decir, no es a ella a la que renunciamos, sino es a la
forma de cómo históricamente se lleva a cabo sólo para satisfacer intereses
sectarios y de allí por qué el mundo ésta como ésta. Y es que,
hasta no existir un divorcio entre
política y poder económico, lo
cual podría decirse que es utópico, no habrá un verdadero cambio para las
naciones que buscan la democracia; pues siempre se tendrán que pagar las
facturas políticas que los candidatos tienen con los patrocinadores de sus
millonarias campañas y es esto lo que permite, que el progreso sólo sea para la
cúpula de poder y en alguna parte su cola.
CAPITALISMO SALVAJE Y LOS REBAÑOS EMBRUTECIDOS:
Lamentablemente
el mundo esta lleno de masas in pensantes
de rebaños embrutecidos que hacen las cosas o siguen al líder sin pensar
que van al desfiladero. El Fútbol, pues
a pesar de ser un deporte, una distracción, se ha convertido un tentáculo más
del capitalismo. Lo que antes pudo ser
un espontáneo y verdadero espectáculo de habilidad y forma de ejercitar el
cuerpo, una fiesta; es hoy uno de los medios por los cuales los sectores
mafiosos del capitalismo juegan con la emoción, credibilidad y fanatismo del
público, arreglando de antemano torneos mundiales donde las ganancias son
millonarias y las millonarias transacciones de jugadores,
hay fondos provenientes del tráfico de drogas, lo cual sería una forma de lavar
dinero. Según mi hipótesis, es un coktel
de diferentes sectores de la mafia, los que delinquen con las apuestas
ilegales, el lavado de dinero y los que arreglan todo bajo la mesa.
Hay
casos que sería difícil de probar pero con un mínimo de sentido común orientan
a pensar eso, aunque parezca increíble. Hasta para un niño sería una paradoja que en
un país con una pobreza tan espantosa existan personas que por hacer teatro
jugando un deporte tan viciado y corrupto como el fútbol, tengan salarios hasta
de 60,000 quetzales o más en un mes.
Y esto sólo es un
párvulo análisis de un fenómeno sociológico, de cómo el capital se concentra únicamente
en un sector, produciendo la marcada desigualdad que lleva al mundo capitalista
a sus actuales dolores. Claro que lo
ideal no es que un estado le diga a una empresa o sociedad lo que debe de hacer;
o a través de la expropiación pretenda distribuir la riqueza de una nación tal
como lo hicieron los equivocados estados
seudo comunistas, ya extinguidos.
Tampoco es para defender la idea
que lo bueno de una democracia es hacer lo que la gana se nos de. La democracia es un concepto muy amplio, que
tiene como base el justo derecho y participación de todos, en la medida que
todos participen del ejercicio de ese justo derecho, en esa medida se podrá
medir la democracia, ya que es un concepto muy relativo.
Y no esta demás decir que una democracia sin sociedad no es
democracia y por tal razón el libre capital de una nación debe ser socializado,
es decir no se puede sectorizar la riqueza, si se quiere mejorar el crecimiento
económico, porque nación somos todos
La idea no es
arrebatar, obligar o cometer el crimen de la indiferencia. Se trata de que en el justo derecho de esa
participación busquemos la forma de cómo se debería distribuirse mejor la
riqueza, una forma de invertir el capital donde se involucre a todos, donde los
que tienen podrán llegar a tener más, pero los que no tienen, al menos tengan
la oportunidad y el espacio necesario para llegar a tener lo mínimo necesario
para vivir como seres humanos. Tal vez
la idea, también sería, diferenciar entre regalar y compartir o dar un espacio,
una oportunidad.
El sistema
capitalista actual tiene como base el egoísmo, la intolerancia, la obsesión de
poder para ser el
pez grande que pueda comerse al chico, tal como lo determina la falta de espacios para la participación de
todos los grupos inmersos en una sociedad que es dividida y enfrentada donde se
marca una abismal desigualdad, que recuerda las fases de mayor atraso de la
humanidad y que marcaron en la historia todos los grandes movimientos
revolucionarios, como la lucha de los ingleses contra la monarquía, la lucha de
independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa. Hoy los capitalistas lucen felices de haber
vencido al socialismo, de haber acabado con el “gran enemigo”, pero ignoran que
el “gran enemigo” es su propio sistema.
Como lo dicho anteriormente, en éste momento el mundo capitalista ha
retrocedido a la humanidad a las obscuras épocas antes mencionadas. Con la
diferencia de que la monarquía hoy se llama imperialismo, que el feudalismo hoy
se llama imperialismo, que el imperialismo sintiéndose desgastado ha intentado
usar diferentes mascaras como neoliberalismo y hoy globalización. Ya lo decía un científico en un reciente
artículo de prensa: “La asombrosa tecnología
de hoy está en manos de cerebros prehistóricos”.
Por más que la
“bestia” pretenda engañar, excusándose hoy de la amenaza terrorista, como lo
hizo antes con la amenaza comunista. La
existencia, indudable, del terrorismo sólo es el producto de su propia
cosecha. Su descaro se ha salido de los
límites al empeñarse en atacar a un régimen se le oponga en el justo derecho de
defender su libertad.
Es tan torpe el
gigante, que todo quiere arreglarlo por la fuerza bruta y mayor es su brutalidad
al pretender engañar a la opinión internacional sobre sus verdaderos
propósitos. Ya lo dijo Rosa de
Luxemburgo, “Las guerras sólo
existen para la creación de nuevos mercados.”
Así el jactante
modelo capitalista de hoy, vive el temor y la angustia del producto de sus crímenes, la desigualdad que han
creado en muchos países del mundo, marca hoy una sangrienta guerra interna,
como una forma en que el pueblo lucha contra sus verdugos y se pierden los
escrúpulos o la razón y donde sufren y mueren miles de inocentes; como lo es en
la actualidad, sólo para mencionar algunos ejemplos muy sonados en América
Latina, Colombia y algunos países andinos.
Esta desigualdad e injusticia social, marca el punto de origen de todas
las revoluciones que se viven en la mayoría de los países, tal como lo fue en
Guatemala.
La injusticia
social, traje de gala del capitalismo ha formado una especie de contra modelo o
contra ataque que
pretende contrarrestar el atropello mercantilista del capital
monopolista yankee, en su cruel afán de querer vender lo que la gana se les da
con el precio que se les antoje y condicionar a quienes les venden y a quienes
no. Pero cuando se trata de comprar el
producto que representa la subsistencia de muchos países, lo hacen bajo
condiciones que sólo a ellos conviene, violando así toda norma de igualdad de
derechos. Es entonces cuando surgen
alternativas de solución, que aun sin el amparo de las autoridades y
contraviniendo las leyes, se organizan y forman los grandes carteles de la
droga y mediante la producción de narcóticos, en especial la hoja de coca, se
encargan de la exportación a las grandes
naciones capitalistas, saltándose los canales legales, pero llegando su
producto al consumidor, burlando sofisticados mecanismos de control y llevando
a cabo una cruel matanza entre los sectores de la mafia que compiten por este
millonario, ilícito y no menos criminal negocio. Y creo que la cuantiosa cantidad de droga
incautada en los países productores, los que sirven de puente y para los que va
destinada, solamente podría ser la punta del “iceberg”.
Entonces es
posible, que si no existiera una política mercantilista tan injusta por parte
del imperialismo, los productores y
distribuidores de droga buscarían otras alternativas dentro del marco
legal, pues no ha de ser la gracia estar siempre en la clandestinidad y la
persecución. La idea concreta es que la
producción y distribución de droga, es originada por el mismo imperialismo a
través de una política de comercio encaminada a su favor y por lo tanto muy
lejos de la equidad que debería de ser, tal como en la actualidad lo vemos con
el Tratado de Libre Comercio (TLC).
No sería
aventurado pensar que exceso de capital, que no necesariamente sería producto
de una sobre producción, sino de una cruel explotación de la fuerza de
producción o de la compra de la fuerza de trabajo a un precio de hambre; marcaría
el surgimiento de dos polos abismalmente opuestos, la miseria y la riqueza,
llegando ambas a límites extremos.
Analizando la riqueza a nivel de sus límites extremos, vemos el
surgimiento de un interesante fenómeno social, en el cual la sociedad pierde
sus principales valores, transgrede los límites o toma una actitud arrogante y
desafiante ante los cánones o pautas impuestas.
Es como si el poder económico envenenara o enajenara y es precisamente
en éste grupo donde comienzan a seguirse
conductas tendientes a
llenar los vacíos,
que la riqueza material nunca podría hacerlo y estos terminan haciéndolo
con el uso de drogas y otros degeneres, convirtiéndose en el principal mercado
para el narcotráfico. Es como si el
tenerlo todo y en exceso fuera atentatorio para la salud mental.
Es por eso que
Estados Unidos y su teatral lucha contra el narcotráfico, como lo fue en un
tiempo desertificación para Guatemala; solamente es un cuento estúpido en el
que como las películas de “vaqueros” o de “guerra”, quieren seguir siendo los
héroes.
La mejor lucha
contra el narcotráfico se debería hacer combatiendo el consumo, si no hay
consumo no hay mercado, la “demanda y la oferta”. Lo curioso es que todos oímos hablar de la
lucha contra el narcotráfico, que definitivamente sí se tiene que combatir;
pero casi nunca oímos de lo que
debería ser lo principal, la lucha contra el consumo de
drogas, pues como se
ve, sólo la legislación por si sola a sido un recurso o
método tan frágil como el papel higiénico.
El porqué no
vemos una lucha franca y decidida en contra del consumo de drogas en las
sociedades afectadas, tal como lo es
Estados Unidos es algo que llama la atención, o será porque los
sectores de más alto consumo son los de
más alto poder económico como lo es en
casi todas las sociedades capitalistas, y pudiéramos decir que los que tienen
más inmunidad ante las leyes. Pero otras
interrogantes no menos interesantes son, qué porcentaje de la droga producida
llega al consumidor y si ese tráfico se hace directamente burlando los
mecanismos de control desde el lugar de producción a su destino final, o existe
alguna complicidad de parte de las
autoridades de los
gobiernos implicados. Pues si el
consumo de drogas en las grandes ciudades capitalistas del mundo es muy alto,
es lógico suponer que la cantidad que llega es grandiosa, pese a la gran
cantidad que a diario es incautada.
Entonces, así como parece inverosímil la teoría que la tragedia del 11
de septiembre fue un auto ataque, puede ser atrevido pensar que ésta
complicidad es un hecho, especialmente del gobierno de Estados Unidos.
Cómo es posible
que la droga que se consume, entre a los Estados Unidos o Europa y pueda burlar
controles tan rigurosos. Acaso no han
existido y pueden existir aparatos de corrupción en los gobiernos que faciliten el ingreso de la droga y como
históricamente se registra en diferentes naciones, la corrupción es el “pan
nuestro” del sistema capitalista, ya que éste siempre ha estado ligado a la
misma. Paradójico era ver en un país tercermundista, económicamente atrasado,
donde la riqueza la posee una minúscula parte de la población, como lo es
Guatemala, el surgimiento de un gran número de bancos y financieras. El suponer una idea tan descabellada como la
complicidad de los mismos gobiernos capitalistas en el narcotráfico o el lavado
del capital proveniente de la droga, mediante su inversión en instituciones
bancarias y financieras, se da por los hechos que hoy tenemos a la vista, como
es el caso de la quiebra de un número anormal de bancos y financieras.
Si estuviera hablando
de algo que pudiera suceder, habría razón en dudar, pero se esta hablando de
hechos, de algo que ya pasó y sigue pasando.
Hoy pretenden culpar a los demás del
terrorismo, dicen luchar contra las dictaduras, cuando ellos mantuvieron y
fortalecieron a las dictaduras más crueles en toda América. El terrorismo es repudiable, pero es el
único camino que tienen aquellos a quien el imperialismo yankee a hecho tanto
daño y de ninguna manera se justifica, pero el daño que se hace a los demás,
tarde o temprano será cobrado. El
gigante, será muy gigante pero tiene el cerebro muy chiquito; porque no sabe
que mientras siga su política expansionista el odio del mundo será
mayor y la respuesta en forma de venganza no tendrá comparación.
Considero que no es un gobernante el culpable, es todo un
sistema imperialista que desde el pasado vive obsesionado por dominar al mundo,
condicionando el apoyo a las demás naciones para que le satisfagan en su
patológico deseo expansionista. Es a lo
que se le llama “Capital Monopolista”, la oligarquía que a través del
imperialismo utiliza a las diferentes
administraciones de gobiernos, es decir todos los presidentes tendrán que
anteponer los intereses económicos de los poderosos que están detrás del trono.
Por eso hay mucha similitud en la invasión y en el derrocamiento de la
experimentación social de Guatemala en 1954, con Vietnam, Panamá, Corea,
Afganistán y hoy Irak.
siempre he tenido
la idea que la lucha ideal contra el terrorismo debería ser la búsqueda de la
reconciliación, de aceptar y abrir espacios, de ceder, lo que debería cederse,
pero no la conducta que hasta ahora se mantiene.
Sin sentirlo
aquellos ex compañeros de tantas batallas habían pasado mucho tiempo
conversando, aprovechando la oportunidad que habían tenido para juntarse.
_ Mejor que nos
de risa - dijo Robinson - de lo menos
que quería platicar Roberto, fue de lo único que platicamos.
Sería
inevitable dejar de hablar de los problemas que a todos nos atañen, son
asuntos de nuestro interés, que aunque no lo queramos son parte de
nuestra vida, algo que a diario vemos y no podemos hacer más que la justa
crítica mediante una reflexión que nos permita actuar y encausar a las nuevas
generaciones en un contexto más real y que la verdad histórica sea el punto de
partida en su formación pensante.
Porque debemos
hacer que las generaciones pasadas recuerden y las nuevas generaciones conozcan
como fuimos perseguidos, solamente por pensar y luchar por una vida más justa y
qué importa si fuimos comunistas o no; esto es una ideología que en ningún
momento se justificaría matar a una persona por pensar así. Fuimos, perseguidos, torturados y asesinados
por el ejercito y demás aparatos represivos del estado con el apadrinamiento y
apoyo económico y logístico de los Estados Unidos Pero hoy cuando los males son otros, como es
el caso de la ya mencionada guerra de narcotraficantes y la saña y el sadismo
de los mareros, los grupos de terror y represión de nuestra época parecen alumnos
de párvulos si los comparamos. Estos
grupos de jóvenes antisociales herederos de la maldita miseria que les privó de
todo lo necesario para ser hombres de bien, son hoy la peor amenaza jamás
vista, porque no representa una propuesta ideológica como nosotros lo hicimos o
la insurrección a un modelo político económico - social; que aunque fue a
través de una lucha armada que dejó
víctimas, fue dirigida a un bando contrario especifico y no como ahora donde se
mata a cualquiera y sin ninguna razón. Sin embargo, el valiente ejercito que
luchó contra la protesta por una sociedad más justa que cobardemente la
disfrazaron de invasión comunista; Hoy
permanecen como simples observadores atrincherados en sus cuarteles y luchando
por evadir las más graves acusaciones de corrupción y
desfalco a la nación que dicen defender.
En la medida en
que las próximas generaciones
desconozcan éste pasado sombrío, difícilmente descubrirán cómo hacer
para que la luz del progreso aparezca.